- ¿Podrías apagar la luz? Es que estoy gorda
- ¿Acaso te quiero para modelar?
- Mi piel está llena de estrías.
- ¿Has visto las cicatrices sobre la mía?
- Mis senos no son bonitos
- ¿Es un concurso de senos?
- Mi cuerpo es feo, no me gustaría que me vieras desnuda.
- ¿Quién te dijo tal mentira? A mí sí me gustaría ver tu hermoso cuerpo desnudo, sobre todo quiero desnudar tu alma.
- Se que no te gustará lo que verás.
- Deja que sea yo quien decida, ¿quién te ha hecho daño para que pienses eso de ti misma?
- No lo sé, la sociedad quizás.
- Pues entonces no soy parte de esa sociedad a la que te refieres. Vivimos en un mundo donde el físico vale más que los sentimientos, te quiero por lo que eres e incluso por como te ves sin importarme el que dirán.
Él dijo eso mientras la miraba a los ojos para luego besar sus labios, desnudar su cuerpo lentamente, besando y acariciando cada parte de su piel que iba quedando al aire, cada estría, cada rollito, cada imperfección de esta se escapaba. Ella olvidó todo lo que la atormentaba, él le hizo olvidar todo aquello. Se amaron como nunca, el le hizo el amor como nadie. Mientras estaban unidos él le preguntó.
- ¿Te has sentido amada así antes?
- No, jamás.
- Para mí eres perfección, maravillosa y una belleza de mujer.
Ella simplemente sonrió y se sintió la mujer más hermosa. Permanecieron abrazados hasta quedar dormidos...
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