cuento

José Saramago - Un poema sobre la vejez

poco me enojo pero cuando lo hago no creo que sirva el agua bendita

dulces sueños

tampoco los peores

esas miradas que se meten en el alma

esas son las que a mi me encantan

mañana quien sabe

siempre llega

la luna es como la mujer

a todos sin excepción

así es

para no olvidar

con total certeza

todo el derecho de hacerlo

cierto

suele pasar a veces sin ni siquiera darnos cuenta

llena de sorpresas

generalmente

muy subjetivas

hay que hacerlo

una buena versión de una hermosa canción

niñez

liderazgo

sánalas

ojalá muchos lo entendieran

las ganas

hoy

vive plenamente hoy

ella

lucha para no perderlo

de repente

en el camino correcto

me pregunto ... ¿qué será?

la vida da muchas vueltas

dulces sueños

nunca, nunca

uff

para no olvidar

sacúde tu tristeza

... para saber que hay, es tiempo de animarse a volar ...

la vida está a tu favor

que sea un día maravilloso

motivos

tendremos la mejor cosecha

¿¿¿ Hasta Cuando ???

Siria, Inglaterra, Francia, España, Estados Unidos, Colombia, Venezuela, México y muchos países más están sufriendo la pérdida absurda de cientos de sus hijos.

¿Hasta cuando? me pregunto

¿Qué líquido corre por las venas de quienes atentan absurdamente en contra de la vida de seres humanos inocentes e indefensos?

¿Qué clase de poder persiguen estos seres sin entrañas que matan sin piedad?

Sé que soy una de tantas personas que no entiende el porqué y lastimosamente sólo puedo decir: Me duele el alma y en mi corazón hay oraciones por los cientos, los miles de hombres, mujeres y niños que diariamente han y tristemente seguirán sacrificando sus vidas ante la maldad de seres que no puedo llamar humanos ni animales porque ni los animales matan sin piedad y por el sólo placer de hacerlo.

El Universo acoja a los sacrificados y paz en el alma de quienes los sobreviven

baila

es maravilloso desentonar positivamente

pensador

precisamente el amor

Dijo la anciana curandera del alma:
No duele la espalda, duelen las cargas.
No duelen los ojos, duele la injusticia.
No duele la cabeza, duelen los pensamientos.
No duele la garganta, duele lo que no se expresa o se expresa con furia.
No duele el estómago, duele lo que el alma no digiere.
No duele el hígado, duele la ira contenida.
No duele el corazón, duele el Amor.
Y es precisamente él,
el Amor mismo,
quien contiene la más poderosa Medicina. 

Ada Luz Márquez

todas tienen consecuencias

cierto