El Blog de la Bruja

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miércoles, 30 de septiembre de 2020

sábado, 26 de septiembre de 2020

siiii . . . así es


 

si seguimos como vamos pronto tendremos que inventarnos los árboles


 

de acuerdo


 

tal cual


 

sana


 

en la tienda del mago

Entré a la tienda de Mago, él estaba de pie frente al mostrador.

Maravillado, le dije - Señor, qué vende?
Me respondió: - Todo, son los regalos preciosos.
Le pregunté: - ¿Cuánto cuestan?
Me respondió: - Son gratis
Contemplé la tienda y vi jarras con sabiduría, vidrios con fe, paquetes con esperanza, cajas con salvación, botes con amor, etc.
Tomé coraje y pedí: - Por favor, quiero mucho amor, todo el perdón, un vidrio de fe, bastante felicidad y salvación eterna para mí y para mi familia también.
Así que el Mago me preparó un pequeño paquete tan pequeño que cabía en la palma de mi mano.
Con asombro pregunté: - ¿Es posible que todo esté aquí?
El Mago me respondió sonriendo: - Mi querido hermano. .. en la magia no vendemos frutos.
Solo semillas...

Bogotá en un hermoso día de sol con los cerros orientales de fondo


 

viernes, 18 de septiembre de 2020

martes, 15 de septiembre de 2020

el propósito de la lectura

“He leído muchos libros, pero me he olvidado de la mayoría. Pero entonces, ¿cuál es el propósito de la lectura? "
Esta fue la pregunta que un alumno le hizo una vez a su Maestro. El Maestro no respondió en ese momento. Sin embargo, después de unos días, mientras él y el joven alumno estaban sentados cerca de un río, dijo que tenía sed y le pidió al niño que le trajera un poco de agua con un colador viejo y sucio que había en el suelo.
El alumno se sobresaltó, porque sabía que era un pedido sin lógica.
Sin embargo, no pudo contradecir a su Maestro y, habiendo tomado el cedazo, comenzó a realizar esta absurda tarea.
Cada vez que sumergía el colador en el río para traer un poco de agua para llevar a su Maestro, ni siquiera podía dar un paso hacia él, ya que no quedaba ni una gota en el colador.
Lo intentó y lo intentó decenas de veces pero, por mucho que trató de correr más rápido desde la orilla hasta su Maestro, el agua siguió pasando por todos los agujeros del tamiz y se perdió en el camino.
Agotado, se sentó junto al Maestro y dijo: "No puedo conseguir agua con ese colador. Perdóname Maestro, es imposible y he fallado en mi tarea”.
“No - respondió el anciano sonriendo - no has fallado. Mira el colador, ahora brilla, está limpio, está como nuevo. El agua, que se filtra por sus agujeros, la ha limpiado ".
“Cuando lees libros - prosiguió el viejo Maestro - eres como un colador y ellos son como agua de río. No importa si no puedes guardar en tu memoria toda el agua que dejan fluir en ti, porque los libros, sin embargo, con sus ideas, emociones, sentimientos, conocimientos, la verdad que encontrarás entre las páginas, limpiarán tu mente y espíritu, y te convertirán en una persona mejor y renovada. Este es el propósito de la lectura ”.


 

lunes, 14 de septiembre de 2020

Nelson Mandela

"Después de convertirme en presidente, le pedí a algunos miembros de mi escolta que fuésemos a pasear por la ciudad. Tras el paseo, fuimos a almorzar a un restaurante.
Nos sentamos en uno de los más céntricos, y cada uno de nosotros pedimos lo que quiso. Después de un tiempo de espera apareció el camarero trayendo nuestros menús. Fue entonces cuando me di cuenta de que en la mesa que estaba justo frente a la nuestra, había un hombre solo, esperando ser atendido.
Cuando fue servido, le dije a uno de mis soldados: ve a pedirle a ese señor que se una a nosotros.
El soldado fue y le transmitió mi invitación. El hombre se levantó, cogió su plato y se sentó justo a mi lado.
Mientras comía sus manos temblaban constantemente y no levantaba la cabeza de su comida. Cuando terminamos, se despidió de mí sin apenas mirarme, le di la mano y se marchó.
El soldado me comentó:
Madiva, ese hombre debía estar muy enfermo, ya que sus manos no paraban de temblar mientras comía.-
¡No, en absoluto! la razón de su temblor es otra. Me miraron extrañados y les conté:
-Ese hombre era el guardián de la cárcel donde yo estuve encerrado. A menudo, después de las torturas a las que me sometían, yo gritaba y lloraba pidiendo un poco de agua y él venía me humillaba, se reía de mí y en vez de darme agua, se orinaba en mi cabeza.
Él no estaba enfermo, lo que estaba era asustado y temblaba quizás esperando que yo, ahora que soy presidente de Sudáfrica, lo mandase a encarcelar y le hiciese lo mismo que él me hizo, torturarlo y humillarlo. Pero yo no soy así, esa conducta no forma parte de mi carácter, ni de mi ética. Las mentes que buscan venganza destruyen los estados, mientras que las que buscan la reconciliación construyen naciones."


 

martes, 1 de septiembre de 2020