Desde dentro y que te queme,
llora lo que no te dejaron llorar de niño
porque era de débiles.
Llora hasta que te canses y quedes dormido,
hasta que sientas ese alivio reconfortante
de no quedarte con nada dentro.
Llora hasta que no salgan lágrimas,
quítate de los hombros cargas que no son tuyas,
sufre tu corazón roto.
Saca lo que escondiste bajo la alfombra,
léelo hasta que llores.
Llora como hombre,
con el corazón fuerte golpeándote el pecho,
no te incapacites emocionalmente,
quítate la fuerza ficticia de la mente
donde te repiten qué fuerte es el hombre que no llora.
Llora, límpiate el alma con las lágrimas,
lávate y véndate las heridas,
no las traigas abiertas para decir que eres
hombre de guerra.
De valientes es quitarse la piel muerta
y exprimir lo que no sirve.
Llora porque eres fuerte,
llora porque sientes,
llora porque estás vivo,
llora porque eres hombre.
Pide ese abrazo,
pide esa palabra,
pide ese hombro,
no está mal,
no hay nada de malo en llorar,
no lo reprimas,
no lo ocultes.
Las niñas no lloran.
Los niños no lloran.
Lloran los humanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario