El Blog de la Bruja

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miércoles, 17 de octubre de 2012

UNA CLASE INOLVIDABLE

Una mañana, cuando nuestro nuevo profesor de “INTRODUCCIÓN AL DERECHO” entró al aula de clase, lo primero que hizo fue preguntarle el nombre a un alumno que estaba sentado en la primera fila: -¿Cómo te llamas?
-Me llamo Juan, respondió.
 -¡Vete de mi clase y no quiero que vuelvas nunca más!-gritó el desgraciado profesor.
 Juan estaba desconcertado. Cuando reaccionó, se levantó torpemente, recogió sus cosas y salió de la clase.
 Todos estábamos asustados e indignados, pero nadie dijo nada.
 El profesor continuó: -Está bien, ahora sí, ¿Para qué sirven las leyes?...
 Seguíamos asustados, pero poco a poco comenzamos a responder a su pregunta:
 -Para que haya un orden en nuestra sociedad-respondió uno.
 -¡No! – contesta el profesor.
 -Para cumplirlas – responde otro.
 -¡No! –replica nuevamente el profesor.
 -Para que la gente mala pague por sus actos- dice otro alumno.
 -¡No! – vuelve a replicar el profesor. Y continúa: -Pero, ¿es que nadie sabrá responder esta pregunta?
 -Para que haya justicia-dijo tímidamente una chica.
 -¡Por fin! –Dice el profesor – Eso es…para que haya justicia.
 Y nuevamente pregunta: -Y ahora, ¿Para qué sirve la justicia?
 Todos empezábamos a estar molestos por esa actitud tan grosera, sin embargo seguíamos respondiendo:
 -Para salvaguardar los derechos humanos.
 -Bien, ¿qué más?-decía el profesor.
 -Para discriminar lo que está bien de lo que está mal…
 -Para premiar a quien hace el bien.
 -Ok, no está mal, pero…respondan a esta pregunta: -¿Actué correctamente al expulsar de la clase a Juan…?
 Todos nos quedamos callados; nadie respondía.
 -Quiero una respuesta decidida y unánime- dice el profesor.
 -¡¡¡No!!! –respondimos todos a la vez.
 -¿Podría decirse que cometí una injusticia?
 -¡Si! – respondimos todos en coro.
 -Y, ¿Por qué nadie hizo nada al respecto? -¿Para qué  queremos leyes y reglas si no disponemos de la valentía para llevarlas a la práctica? -Cada uno de ustedes tiene la obligación de actuar cuando presencia una injusticia.-¡Todos! – Repitió: - ¡No vuelvan a quedarse callados nunca más! Y le dice a otro alumno mirándolo fijamente:-Vete a buscar a Juan.
 Aquel día recibimos la lección más práctica de derecho.
 “TODO LO NECESARIO PARA QUE TRIUNFE EL MAL, ES QUE LAS PERSONAS DE BIEN NO HAGAN NADA AL RESPECTO”

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