Hay que reconocer que vivimos
nuestra vida adulta de acuerdo con la programación emocional de nuestra niñez.
El ser concientes y por lo tanto consecuentes de que tenemos actitudes que,
muchas veces no entendemos el porque de nuestras reacciones hacia nosotros
mismos o hacia los demás, es el primer paso para crecer en el proceso de ser
mejores seres humanos.
Existen muchas maneras de
trabajar con apoyo la sanación de estas historias de nuestra niñez, la psicoterapia,
la hipnosis clínica, terapia Gestalt, las constelaciones y el yoga, entre otros, pero lo que aquí se trata es de aprender
como, con nuestro trabajo personal, comprometido, paciente y permanente,
podemos empezar a crecer y modificar conductas por nosotros mismos.
Ante todo es indispensable
aceptar que muchas de nuestras conductas no solo nos afectan sino que influyen
en la manera de interrelacionarnos. Debemos reconocernos como seres humanos
llenos de virtudes y defectos y trabajar en el desarrollo de esas virtudes y en
la modificación de las características negativas de nuestra personalidad.
No existe edad que impida el
cambio, existe el temor de enfrentar nuestros miedos, la absurda creencia de yo soy así y quien me quiera me debe aceptar como soy, el temor de abrir
nuestra Caja de Pandora y ver cara a cara a nuestros demonios, el mentirnos a nosotros mismos diciéndonos que si hemos vivido gran parte de nuestra vida no vale la pena empezar ya a ser distintos, pero
solo es el miedo al miedo mismo, una vez enfrentemos y aceptemos que tenemos
mucho que cambiar y mejorar, el camino que imaginamos oscuro y tenebroso se nos
ira haciendo cada vez mas claro y satisfactorio.
Es sanando a nuestro niño interior que podemos aprender a amarnos y a respetarnos para que sepamos entonces como realmente tratar a los otros con amor y respeto
Es sanando a nuestro niño interior que podemos aprender a amarnos y a respetarnos para que sepamos entonces como realmente tratar a los otros con amor y respeto
No hay comentarios:
Publicar un comentario