La Caja de Pandora

El mito cuenta que…

 Pandora traía  un ánfora que contenía todos los males capaces de contaminar el mundo de desgracias y también los bienes entre ellos uno muy especial, la Esperanza.

Pandora, víctima de su curiosidad, abrió un aciago día la caja y todos los males se escaparon por el mundo, asaltando a su antojo a los desdichados mortales y es que, por aquel entonces, cuentan que la vida humana no conocía enfermedades, locuras, vicios o pobreza, aunque tampoco nobles sentimientos.
Cuentan que los bienes subieron al mismo Olimpo y allí quedaron junto a los dioses. Asustada, la muchacha cerró la caja de golpe quedando dentro la Esperanza, tan necesaria para superar precisamente los males que acosan al hombre.

Algunos psicólogos  han utilizado este termino para definir que a pesar  que las personas  puedan estar motivadas para poner solución a sus problemas personales, echan marcha atrás cuando se enfrentan con sus propios miedos  porque aunque la gente  sabe o intuye,  no quiere escuchar  como hacer frente a sus problemas, se niegan a reconocer que ellos, como toda la humanidad, tienen problemas o simplemente manifiestan que no es un tema que les haga afán puesto que ya han vivido gran parte de su vida así y no necesitan o quieren cambiar

Hacer frente a los propios temores es tarea de valientes y el paradójico miedo a los miedos se convierte en el peor de los enemigos.

En esta sección iremos hablando de algunos temas que traemos en nuestra “Caja de Pandora” nuestro "cerebro", conciente o inconcientemente y que, aceptémoslos o no, hacen parte de nuestra actitud para enfrentar la vida como adultos  e influyen en las relaciones con los demás