En unas pocas horas habrá amanecido, entrará el sol por tu ventana, oiras el jadear feliz de tus cachorras saludandote, escucharas el usual silencio de las primeras horas del día y rapidamente el olor al café se esparcirá por tu casa.
Es hora de empezar a prepararse para el día que confío te sea leve y productivo, yo desde donde esté, le pediré a Dios que te bendiga y te cuide todo el día
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