Cuenta la leyenda que dos jóvenes llamados Sol y luna se enamoraron locamente uno del otro
Afrodita la diosa de la belleza y del amor
Sintió celos de que una pareja de mortales pudieran quererse de una forma tan intensa y bajó desde el olimpo para demostrar que su amor no era verdadero. Furiosa por no haber sido capaz de conquistar al jóven sol, Afrodita mandó a separar a los dos amantes para siempre convirtiéndolos en astros. Sol iluminaria el día y Luna la noche por lo que nunca coincidirian en el firmamento.
Al ver que su amor seguía a pesar del tiempo y la distancia Zeus intervino para que Sol pudiera al menos rosar el rostro de su amada y creó los días de eclipses. Aunque sea solo un instante lo dos amantes vuelven a fundirse en un sólo cuerpo demostrando así que en este mundo no existe un amor imposible
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