Querido Hombre:
A ti también te libero del cuento donde siempre tienes que ser el
príncipe, el valiente o el rescatador, y por supuesto, el príncipe encantador.
Te libero del cuento donde buscas, rescatas, y amas solo a una princesa.
¡Qué tal que a quien amas es a la bruja, al dragón, a la campesina, a
la que se rescata sola, a la que no vive en el castillo, a la que no es la más
bella más que para tus ojos!
Te libero del cuento donde tienes que ser de un color: el azul.
Qué absurda manera de encasillarte habiendo un mundo de colores,
sabores y oportunidades para ti. Vístete del color que quieras rojo, amarillo,
negro, arcoíris ¡El que tú quieras!
Te libero del cuento donde siempre eres fuerte, el más valiente, el
más guapo y el que por supuesto ya posee un castillo.
El que tiene tesoros y riquezas, o por lo menos alguna herencia.
¡A ti también te han dañado y te han impuesto estereotipos de
valentía, posesión y fortaleza!
Te libero del cuento donde jamás se te permite llorar, donde la
confusión, el caos y la derrota no existe, donde te has dado cuenta que tu papá
no es un Rey.
¿Qué tal si no quieres ser el héroe?
Quizá se te antoja ser el villano, el que no puede, el que renuncia a
todo, el que es salvado, y el que no quiere tener princesa o un cuento de: “Se
casaron y fueron felices por siempre.”
Te libero del cuento donde siempre hay mil batallas, monstruos,
dragones, oscuridad, y con ello la consigna de que para todo se tiene que
luchar, que todo es guerra y competencia.
¡Qué cansador debe ser tener que ser caballero en guerra por la
eternidad!
Te libero del cuento, del hechizo, y del amor mágico e impuesto, para
que mejor construyas tu mundo a tu manera, como tú elijas, y desde tu propia
identidad.
Te libero del cuento y te cuento:
Nosotras ya aprendimos a rescatarnos solas.
No todas somos princesas frágiles, ya no estamos dormidas ni atrapadas
en nuestro cuento.
Amamos al hombre que ríe, juega, es inteligente, sarcástico, sensible,
a veces miedoso y llorón.
Nosotras ya salimos del cuento y te esperamos en este lado, en la vida
real donde tú puedes ser TÚ, y yo puedo ser YO… sin tanto cuento.
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