Tomado de internet

Recientemente, en una gran ciudad de Francia, un póster con una mujer joven, delgada y bronceada apareció en la ventana de un gimnasio. Decía: "Este verano, ¿quieres ser una sirena o una ballena?"
Una mujer de mediana edad, cuyas características físicas no coincidían con las de la mujer que aparece en el cartel, respondió públicamente a la pregunta planteada por el gimnasio. Ella tenía mucho que decir:
"¿A Quién Puede Concerne?
Las ballenas siempre están rodeadas de amigos: delfines, leones marinos y humanos curiosos. Tienen una vida sexual activa, se quedan embarazadas y tienen adorables ballenas bebé. Disfrutan atorándose de camarones, jugando y nadando en el mar, y visitando lugares maravillosos como la Patagonia, el Mar de Bering y los arrecifes de coral de la Polinesia.
Las ballenas son cantantes maravillosas e incluso han grabado CD. Son criaturas increíbles y prácticamente no tienen depredadores que no sean humanos. Son amadas, protegidas y admiradas por casi todos en el mundo.
Las sirenas no existen. Si existieran, estarían haciendo cola fuera de las oficinas de los psicoanalistas debido a su crisis de identidad. El pez o el humano resultarían un gran dilema incluso para los terapeutas más hábiles.
No tienen una vida sexual porque matan a los hombres que se acercan a ellas, sin mencionar cómo podrían tener sexo. Solo míralos... ¿dónde está aquellito? Por lo tanto, ellas tampoco tienen hijos. Sin mencionar, ¿quién quiere acercarse a una chica que huele a pescadería?
PD. Estamos en una época en la que los medios de comunicación intentan convencernos de que solo las personas delgadas son hermosas. Prefiero disfrutar del helado con mis hijos, una buena cena con un hombre que me haga temblar y un buen chocolate o un vinito con mis amigos. Con el tiempo, ganamos peso porque acumulamos tanta información y sabiduría en nuestras cabezas que cuando no hay más espacio, se distribuye al resto de nuestros cuerpos. Así que no somos pesadas, somos enormemente cultas, educadas y felices.