¿Y, que pasó?...
– Pues nada;
que éramos de libros diferentes.
A él le gustaban
dónde las princesas son dóciles
calladas y complacientes.
Y pues yo... Yo soy
de los libros de guerreras,
locas y rebeldes.
¿Y entonces?...
– Cada quien sus libros
y cada quien sus cuentos
No hay comentarios:
Publicar un comentario