Las mujeres bellas, y no hablo de un físico, hablo de una mirada, hablo de alma vibrante y un cerebro versátil, aquellas mujeres hacen dudar a un hombre, a ese que tiene miedo de que aquella loca despampanante.
Yo, soy curandera, soy maga, soy luna en cada una de sus facetas sin dejar de estar completa, compleja.
Yo soy letras, sexo, poesía, pecado, redención.
Soy rebeldía, soy libertad.
Y aún, pese a vivir "salvaje" en medio de un mundo de falsa moral, que te juzga de fácil o libertina por expresarte, por mostrarte como una mujer linda, "loca", sexual. Por ser cariñosa, poeta, bohemia y demás, soy de aquellas que entiende que la única forma de amar y de vivir, es siendo irremediablemente tú.
Aquellas que no tenemos temor de ser auténticas, sabemos, como lo leí cierta vez, que necesitamos un compañero que desee correr con lobos, que desee rituales de amor y que entienda, que somos tan mágicas, que cuando entregamos el corazón, encontramos mil y una formas diferentes de amar, de sacudir el alma y de sintonizar las energías.
Con una "lunática", como lo somos pocas, no habrá duda alguna, de que amar verdaderamente y en esencia, no es poseer, es deleitarse con la presencia y la imperfección del otro, porque nosotras las brujas, sabemos que la magia está en el corazón, y un hombre corriente, ese que quiere poseer, solo apagará la llama.
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