“Cuando un hombre está en la cama con una mujer qué en verdad -Ama -puedes darte cuenta de algo, y lo qué voy a decirte no es un detalle menor: la sangre no se le irá directamente hacia los genitales, la sangre se le irá directo al corazón Y tú, mujer, podrás comprobarlo por cómo su pecho se agita, por cómo te mira, por cómo te toca.
Cuando un hombre tiene entre las sábanas a una mujer qué en verdad Ama no tiene prisa en desnudarla y tomarla porque puede mirar su corazón, él primero querrá abrazarla, sentirla, cuidarla. No harán falta palabras ni divagaciones, con el silencio y la mirada tocará su alma. Le bastará con besar su cara, le bastará acariciar sus cabellos, y preferirá quedarse callado, así, sin decir nada, contemplando la belleza de su corazón, y la sostendrá de la nuca diciendo todo con la mirada, como quién está mirando a una diosa Mujer,
Un hombre que en verdad te Ama no quiere acostarse contigo, quiere dormir contigo y despertar contigo. No quiere estar dentro de ti, quiere estar a tu lado. Son cosas muy distintas, recuerda siempre, por favor.
El hombre que te Ama quiere anochecer en tus ojos, pernoctar en tú piel y amanecer sobre tú cuerpo Amado, conservando el resto del día el perfume de tú flor.
Cuando un hombre tiene en su misma almohada el rostro de la mujer qué Ama, te diré algo, y sabrás qué tengo razón: el flujo de sangre no irrigará solamente hacia la inminente erección, sino que la sangre fluirá directamente hacia sus manos, sus labios y su corazón. Para acariciarte durante toda la noche, y con un beso y un te Amo, hacerte el Amor....
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