La apresaron durante años y le borraron lo que había sido
La diagnosticaron bajo un trastorno mental
Le quitaron lo que siempre será.
Pasaba los días con los ojos empañados, con un vacío en el corazón y los puños cerrados como protección; una protección que pocas veces le llegó.
Sin palabras dijo adiós a sus amigos, no había sentido para esa decisión, pero ella tan solo quería evitar aquella terrible confrontación.
Sin motivos le cerraron las puertas de su propio amor. Se destruyó.
Humillada, insultada, amenazada y rechazada, así pasaron los años bajo sus líneas de expresión.
Ya no escuchaba, ya no veía, ya no sentía nada más que su propio dolor.
Océanos de lágrimas la ahogaban y atormentaban, hasta que un día algo renació en su interior.
Era la mañana de Imbolc y una semilla se removió en su corazón.
Algo de nuevo renació.
Recordó que tenía alas y que, aunque estuvieran tatuadas, la ayudarían a escapar.... Y escapó.
Agarrada de la mano de sus temores, la bruja se liberó.
La mujer volvió a nacer.
Y voló, y se cansó, y se hundió, pero se levantó. Porque cuando abres tus alas por primera vez casi siempre te sueles caer.
Pero voló.... voló y se liberó.
Y por fin sonrió.
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