Foto de 1945 durante la Segunda Guerra Mundial. Este niño japones está esperando su turno para que incineren a su pequeño hermano muerto.
El fotógrafo que sacó la foto dijo que el niño se mordía los labios para no llorar y lo hacia tan fuerte que le sangraba su boca.
El guardia que estaba encargado de la cremación le dijo: Dame la carga que traes en la espada. El niño le respondió: No es una carga, es mi hermano. Entregó el cuerpo, se dio vuelta y se fue...
Hasta hoy en Japón esta foto y su historia se utilizan cómo ejemplo de fuerza en momentos difíciles.
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