"La forma exterior de todo lo que hacemos es en realidad una expresión de nuestro estado interior.
¿Cómo hacemos las cosas? ¿Con el estado interno calmo y equilibrado, con apresuramiento para salir del paso lo antes posible, o sin pensarlo siquiera?
En realidad lo que importa no es cuánto ni cuán veloces somos, sino cómo hacemos las cosas. Lo que hay que trabajar en uno mismo es el empeño del hombre por perfeccionarse mediante un esfuerzo constante ya que siempre estamos expresando nuestro estado interior a través de nuestras acciones, por lo tanto, perfeccionar nuestros actos equivale a perfeccionarnos a nosotros mismos."
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