"Soy una de las mujeres que pasó por
la vida de Rafael Uribe Noguera y quiero poner en conocimiento mi
historia", así inicia la conmovedora carta
que escribió una exnovia del arquitecto, que actualmente enfrenta una
investigación por el homicidio de Yuliana Samboní, la pequeña de 7 años que
murió tras ser violada y torturada.
La misiva fue publicada en la sección
Blogs de El Espectador por el periodista y escritor Enrique Patiño, quien
asegura recibió la carta de parte de la mujer que le confesó que desconoce al
hombre que presuntamente cometió tal crimen, pues señala que 'Rafico', con
quien tuvo una relación, "amaba a su familia, se derretía hablando de sus
sobrinas, idolatraba a sus amigos y le apasionaba su profesión".
Según explica en la carta, escribió una
reflexión a partir del dolor que le causó la noticia de la muerte de Yuliana,
por lo que invita a los jóvenes a que establezcan límites a su vida,
mientras analiza qué pudo fallar en la educación de Uribe Noguera.
A continuación, el texto completo de la carta que fue
enviada al periodista, quien autorizó su publicación:
"He decidido mantener mi identidad en
el anonimato porque no es mi interés aclamar popularidad o alimentar ningún
tipo de amarillismo. Escribo con profundo respeto tanto por la familia
de la víctima como de la del victimario, con la única intención de
tocar las fibras de sus corazones e invitarlos a reflexionar como individuos,
como padres, como mujeres y hombres.
Conocí a Rafael hace un poco más de cinco
años. Era un tipo atractivo, montador y aventurero. Le encantaban los retos deportivos, corría maratones,
subía la montaña de Rosales, montaba bicicleta, jugaba tenis, fútbol y hasta
meditaba.
Amaba a su familia, se derretía hablando
de sus sobrinas, idolatraba a sus amigos y le apasionaba su profesión. Le encantaba trabajar junto con su madre, tenía
varios libros en su mesa de noche, se podía sentar a hablar de actualidad y
política por horas, y recuerdo especialmente que decía que, a diferencia de
muchos otros que se iban del país, él nunca abandonaría el barco.
Recuerdo que le tenía prohibido a los
trabajadores de su obra echarles piropos vulgares a las mujeres u orinar
afuera. Su apartamento era pequeño, sencillo, con buen gusto e identidad, e
incluso conservaba un viejo sofá que había pertenecido al despacho de su
abuelo. Su casa vivía impecable, él vivía impecable y olía a colonia de
bebé.
Era un enamorado de Santa Marta, de la
naturaleza, de la música de su tierra, de los viajes donde el cuerpo y el alma
se fundieran con el verde, el olor del mar y la paz del viento. Era humano,
sensible (muy sensible) y aparentemente feliz.
Rafael era en ese entonces una persona
encantadora, con un sentido del
humor fantástico y una pasión por la vida que inspiraba a salir corriendo a
vivirla al máximo.
Para mí, estar con Rafa era como estrenar
amiguito de prekinder. Era todo una aventura: era lindo pasar el tiempo
junto a él, especialmente porque propiciaba carcajadas a menudo y me
gustaba creer que, como yo, quería cambiar el mundo.
Muy fácil dejarse llevar por una persona
así. Qué angustia saber que pasa desapercibido en la sociedad y seguro
hay muchos como él entre nosotros con la misma descripción.
Algo no encajaba
Pero había algo en él que no encajaba. Era
como si una parte de su ser se des-sincronizara del resto. Y él parecía hacer
un esfuerzo por entender, por entenderse. Cuando tomaba trago entraba
en otra dimensión; si lo agarraba en buena onda, era disfrutable, pero si
estaba deprimido se tornaba en una persona vulnerable.
Varias veces me dejó al teléfono hablando
sola; simplemente desaparecía de la conversación. Era irregular,
impulsivo, complejo y hasta grosero. A veces las discusiones parecían
más de un muchachito de bachillerato que de un hombre hecho y derecho. Había cierto
infantilismo en él, como si una parte de su cerebro no hubiera crecido del todo
y por ende, su acercamiento emocional no me dejó más opción que alejarme antes
de que me hiciera más daño.
No alcancé a establecer una relación seria
y duradera con él, pero aun así me siento nerviosa, impactada y ansiosa con lo
que hoy veo en las noticias. He
recorrido una y otra vez todos los espacios de su casa en mi mente, imaginando
que allí empezó la tragedia de una pobre criatura, sufriendo más dolor físico y
emocional de lo que podría soportar cualquier niño, pidiendo ayuda, siendo
manoseada, ultrajada, como si tuviera la culpa de algo, castigada con la
agresividad más injusta de su corta vida.
Cómo hubiera querido nunca haber estado en
ese apartamento donde bailé, reí y hablé por horas hasta el amanecer con alguien que tenía las mismas
ilusiones que yo. Cómo hubiera querido no conocerlo nunca para no tener la
imagen del lugar donde llevó primero a Yuliana, donde sucedió algo tan
desgarrador.
No puedo dejar de pensar en el dolor
incontenible que significa para el país y la familia de la niña este hecho, así
como para sus más cercanos ponerle este nuevo título de monstruo a alguien que
creían conocer; lidiar con el odio y la pérdida de Rafael, que aunque siga vivo,
ya no estará más entre ellos. Porque “Rafico”, ya no está, al menos no
ese que solían amar.
Por más que me duela, he seguido
atentamente cada noticia que publican los medios, tratando de entender. Y me
entero de todo lo que ha sucedido con él en todos estos años que lo saqué de mi
vida: del trago, las drogas, la rumba y las prostitutas. Sin duda, los
límites se desdibujaron para él y su necesidad de saciarse resultó en esta
tragedia.
Con este texto no pretendo
"humanizar" a Rafael, sólo lo menciono en orden cronológico
para traerlos al punto de giro en el que nos encontramos hoy y que puedan
sentir el contraste emocional que representa enterarse de este crimen.
Pero no estoy aquí para juzgar, porque
nadie sabe con la sed que otro bebe. Estoy aquí para hablarles como mujer,
amiga, hija, esposa y futura madre.
Mientras hay angelitos indefensos que no
tuvieron la oportunidad de hacer nada, para los que, como Yuliana, ya es
demasiado tarde, quiero aprovechar esta circunstancia como una oportunidad para
revisarnos por dentro: revisar nuestras acciones, patrones, dolores y
resentimientos. Porque todo esto está allí escondido, y alimentarlo sólo
termina en obras y omisiones que pueden afectar a otros. Yuliana no
merecía cargar con los conflictos sin resolver de Rafael, que al parecer se
cocinó desde pequeño como un abusador y se les salió de las manos.
Así que si se trata de analizarnos,
empiezo por mí:
Crecí en una familia de padres
divorciados, como muchas familia hoy en día. Una familia de papá autoritario y
de una mamá que admite que le dio poder. Crecí con ausencias? Si. Como
también tuve mucho amor, navidades repletas de regalos, o hermanos mayores que
se aprovechaban de la menor... Lo típico en una familia. Como cada
cual vive su sicología de formas distintas, a mí me tocó siendo una niña
indisciplinada en el colegio, que tenía problemas para concentrarme, era muy
insegura y sólo quería ser popular.
Cuando era una adolescente, otras cosas
salieron a flote. Era desmedida en mi necesidad de atención, me
decían que no estaba bien llamar a los muchachos. Que me hiciera desear. Mi
papá le ponía peligro a todo; era un conflicto eterno pedir permiso para ir a
una fiesta y mi mamá hacía un "show" tremendo cuando no me reportaba.
Aun así, seguía metida en una burbuja de
ingenuidad, añorando el día en el que me pudiera independizar para que no me
siguieran controlando. Porque eso hacen los adolescentes: llevar la contraria.
Y solo ahora que soy adulta entiendo el "por qué" de lo que percibimos
como exageración en nuestros padres. A papá lo llamamos paranoico y a
mamá mártir.
Cuando me enteré del asesinato de Yuliana,
pensé: "Pude haber sido yo en un momento de trago e ira de Rafael. Gracias
a Dios me alejé a tiempo".
Chicas que están allí afuera descubriendo
el mundo, les pido presten atención a esto que les quiero decir:
Sus padres no pretenden cortarles las
alas. Están tratando de cuidar su vuelo. Pero hablarles de ciertos temas es
difícil para ellos, así que quiero que entiendan el por qué de sus
discursos y consejos.
Somos mamíferos. Los machos son cazadores,
buscan la presa y disfrutan de la emoción del reto. Las hembras están alerta,
cuidan su territorio. Cuando una mujer no representa reto para ellos,
pierden el interés. De nada sirve que “pretendan” ser seguras o “cool”. Ellos
huelen la vulnerabilidad y harán hasta lo imposible por manipularlas para
lograr su cometido. Dejen de hacer los tests de las revistas para adolescentes
y despiértense al mundo.
El juego de la naturaleza es hermoso si lo
saben jugar. Pero entiendan que primero deben cultivar su propio jardín antes
que esperar a que les traigan flores. Por favor, en vez de seguir al pie de
la letra las instrucciones para atraer un hombre como dicen los blogs,
concéntrense más bien en la construcción de su propio mundo, uno en el
que no dependen de nadie para sentirse felices, en el que sean independientes,
activas, inteligentes y guerreras.
Esto sólo lo entendí cuando toqué fondo,
cuando vi que estaba haciendo algo mal, atrayendo hombres que no valían la
pena, y me dediqué a deshacerme de las capas de basura que tenía
encima. Y llegué a una conclusión: ¡Estás sola, y solo tú puedes
cuidar de ti misma”.
Aparte de los menores de edad que son
abusados en su inocencia, también hay muchos hombres hoy en día que están
pasando sus límites porque muchas mujeres se los permitimos, por falta de fuerza, por soledad, por
inseguridad o por ingenuidad.
Asumo que cuando consiguen lo que quieren,
van en busca de más, y a otro voltaje. Es hora de detener este y tantos
comportamientos abusivos desde adentro, desde la familia y las amistades. Si
una amiga está cayendo en actitudes débiles o permitiendo abusos, así sean
emocionales, ¡no tengan miedo en sacudirla! No se trata de decirle
“pobrecita”, sino de recordarle que sólo ella da poder a un hombre para
lastimarla. Las redes sociales, el contenido sexual y violento de este mundo
nos están consumiendo! Por ende propician estas conductas aun más.
Que las mujeres son el sexo débil?
Absolutamente no! Débil
un menor de edad que no tiene fuerza en sus músculos comparado con la de un
adulto.
Pero mentalmente, las mujeres son
arrolladoras. Sabían que de acuerdo a estudios, el cerebro de la mujer tiene
más conexiones que el del hombre? Es decir, cada área de nuestro
cerebro es mucho más activo, lo que nos da fortalezas muy específicas, pero
también habilidades.
El cerebro de la mujer tiene más actividad
en el córtex frontal, la parte más humana, relacionada con la previsión, el
juzgamiento, impulso, autocontrol, organización y planeamiento. Una
de sus mayores fortalezas es que las mujeres tienen más empatía. Por eso estamos
tan atentas a los detalles, somos más intuitivas e incluso tenemos visión
periférica, con la que escaneamos el entorno para identificar el
peligro. Significa que el hombre es más superficial y que LAS MUJERES NO SON
BOBAS. Por favor, estén alerta para identificar cuándo no están a salvo en una
relación.
A los niños y jóvenes:
Si no establecen límites en su vida, se
van a quedar solos. Si resuelven sus conflictos cobardemente con una botella de
alcohol o con droga, entonces no están evolucionando. Por el contrario, están
alimentando un comportamiento primitivo. Busquen los retos en su
trabajo, en el deporte, con sus amigos, en la manera en la que asimilan los
problemas de cada día, pero no en el sexo, porque es un arma de doble
filo. Recuerden que un hombre borracho es tedioso, y si habla de las mujeres
como un trofeo, es patético.
Y más patéticos aun los padres que le
aplauden sus andanzas machistas. Lo más triste, es que algunos se lucran de
eso, en forma de música. No hombrecitos! Su misión es proteger, inspirar,
enseñar. Si tienen hermanitas, primas, amigas, siéntense con ellas a
compartirles un poco de su mundo, ayúdenlas a entender y a afrontar la
sicología masculina. Recuérdenles su valor cada tanto, háganlas
seguras y fuertes.
Padres de familia:
Tomen el control de lo que está
sucediendo. Porque está claro que no importa cuánto dinero tengan o no, los
hijos que educan en esta generación son más propensos aun a propiciar o a
sufrir este tipo de circunstancias. Establezcan más límites y menos
alcahuetería. Enséñenles el respeto por si mismo, elaboren sus vacíos,
nos los dejen jugando con el celular porque es más fácil y llegaron cansados
del trabajo.
Vuelvan la cena familiar algo sagrado
donde se descubre el día a día de lo que sucede en sus vidas. Estén atentos a
sus dudas, a sus reacciones, a sus circunstancias. Descubran sus
talentos y apóyenlos en cada idea que tengan. Háganlos sentir únicos,
poderosos, fuertes. Enséñenles a cultivar el espíritu,
independientemente de la religión. No les infundan el miedo si no más bien
explíquenles el por qué de las cosas. La causa, el efecto, LA RAÍZ de las
situaciones.
Es verdad que cada falta, cada ausencia,
cada omisión, marcará de por vida a cada uno de sus hijos, como lo hizo mi
pasado conmigo y permití que me lastimaran en mi intento por llenar el vacío. Pero
no se puede vivir culpando a otros por nuestras conductas. Porque a
cierta edad cada uno es dueño de sus acciones y la responsabilidad no puede
recaer en los padres. Yo agradezco a mis padres su paranoia, sus oraciones y
exageraciones, porque nada es suficiente cuando se trata de proteger su tesoro
más grande.
A los maestros de las instituciones
educativas:
Sobre ustedes recae una inmensa
responsabilidad. Pues es allí donde estos micro mundos suceden y estoy segura
que ustedes ven a diario conductas de niños sin límites que abusan de su poder
para salirse con la suya. Reporten los hechos, una y otra y otra vez. Llénense
de paciencia, porque su trabajo no sólo es hermoso, sino que en sus jornadas yace
una nueva generación lista para salir a este atrofiado mundo. Ánimo súper
héroes.
País de mi alma, entiendo su amargura,
porque la he vivido desde dos puntos de vista diferentes, y las imágenes vienen
de tanto en tanto a quitarme la paz. Pero con amor, les pido que vayan detrás
de esa energía que están liberando en estos momentos y la reversen para
ocuparla en ustedes mismos, en analizar sus conductas y la forma en la que
elaboran su espíritu a diario, porque así como Rafael, sin importar el
estrato o las circunstancias de la familia en la que crecimos, hay muchos otros
que solían tener una vida donde los límites existían, pero perdieron la batalla y
en unas horas desgarraron el alma de muchas personas".
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