De repente surge la claridad
total en nuestra mente, entendemos el porqué, el cuándo, el donde y hasta el con quien, pero
este camino a medio recorrer, a pesar que nos costó trabajo, solo es el inicio,
ahora nos queda el cómo y he ahí lo más difícil del trayecto. Podemos quedarnos
a la orilla del sendero, haciéndonos los locos, sembrando margaritas para luego
deshojarlas o emprender la marcha sabiendo que es hora de avanzar a solas. ¡Qué
difícil coyuntura! Pesé a todo la dirección del viento es la correcta, lo
importante ahora es dar ese primer paso
que nos puede llevar a un mundo desconocido donde no hay certezas o
tomar la decisión de seguir sentados en el sillón de la comodidad esperando que
un día esas falsas raíces que nos han atado no sean las mismas que logren
destruirnos.
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