A VECES NO SOMOS MUY DADOS A COMPARTIR LO QUE NOS PASA, APRENDIMOS A CALLAR TAL VEZ PORQUE NOS DIMOS CUENTA EN ALGÚN MOMENTO QUE LO QUE NOS SUCEDE NO LE INTERESA REALMENTE A LOS DEMÁS Y SOLEMOS PONERLE SIEMPRE LA CARA DE "TODO BIEN" A LA VIDA.
SIN EMBARGO HAY MOMENTOS EN QUE QUISIÉRAMOS PODER CONTAR CON ALGUIEN A QUIEN COMENTARLE LO QUE SENTIMOS POR QUE CUANDO LOGRAMOS DESAHOGARNOS, LO CUAL NO SIGNIFICA QUE PRETENDAMOS QUE OTRA PERSONA NOS SOLUCIONE LAS COSAS, EL PESO PARECE TORNARSE MÁS LIVIANO.
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