¿Cuantas veces ponemos una sonrisa en nuestro rostro
y reímos a carcajadas
aunque por dentro nuestra alma este bien arrugada
y solo con deseos de llorar?
Muchas seguramente y es que nadie sabe con la sed que otro bebe
ni cuanto duele lo que nos toca callar aunque queramos gritar
No hay comentarios:
Publicar un comentario