Ayer vagando por ahí me encontré
con la luna.
Estaba grande y radiante, en todo su esplendor
y tan cerca de mí que le pude decir lo que quería que te trasmitiera. Le conté
lo que siento, ella me escuchaba atenta y en silencio, no quería perder
detalle para llevarte completo el mensaje. Le platique mucho tiempo y pude,
quedamente, abrirle mi alma. Como ya era tarde nos despedimos dejándome la
promesa que hablaría contigo.
Hoy la reencontré en mi
camino, lejana y envuelta en un manto de nubes grises, no quiso acercarse y la percibí
triste.
Como ella y yo somos viejas amigas entendemos fácilmente
lo que siente la una y la otra. Noté que me evitaba, sin embargo, como la encontré
de frente, no pudo esconderse como a veces lo hace. Me observó fijamente, unas
pequeñas gotas empezaron a caer sobre mi cabeza y llorando me dijo…”Lo siento,
no pude darle tu mensaje…”
Callada la miré con asombro, ella siempre había
sido una buena mensajera y me sorprendía que esta vez no hubiera podido cumplir
con mi encargo.
Me miro tristemente, sus sollozos eran mucho mas
fuertes y alejándose repitió de nuevo terminando, esta vez, su frase…”Lo siento,
no pude darle tu mensaje, cerró su corazón y no quiso escucharme”
Ahora no se si son mías las lágrimas o aun
siento en mi rostro las lágrimas de la luna.
Soy Il´yá de Novosibirsk,Siberia. Me sigue gustando su blog y gracias por la musica rusa, es un honor oir desde tan lejos esa musica
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