Al
escuchar que el alumno, decepcionado y traicionado por alguien en el que él confió,
le preguntaba por qué pasan estas cosas, el maestro respondió contándole esta historia:
Un día un
escorpión llegó a la orilla de un río y teniendo que pasar al otro lado, empezó
a buscar un medio que le llevase sin riesgo de ahogarse. De repente, viendo a
una rana que estaba tomando el sol, una idea hizo mella en su mente. Decidió
formularle su propósito preguntándole:
-
Oye rana, ¿podrías llevarme a la otra orilla nadando conmigo en tu espalda?
La rana
le contestó:- ¿De verdad me crees tan tonta? Sé muy bien que una vez subido en
mi espalda me clavarás tu aguijón matándome.
No -replicó el escorpión- ¿cómo podría hacerte eso? ¿Acaso no sabes que yo no se nadar y si yo te matase, moriría contigo?
La rana, convencida por este razonamiento lógico pensó: " Es verdad. Si me matara,
él también se moriría y no creo que esa idea le guste. - De
acuerdo, sube. Te llevaré.
El
escorpión se acomodó en la espalda de la rana y ésta empezó a cruzar el río.
Una vez llegados a la mitad del torrente, en el punto más profundo, el
escorpión levantó su aguijón y de un rápido golpe, lo clavó en la cabeza de la
rana.
Esta, agonizando le dijo: ¿Qué has hecho? ¡Ahora al traicionarme vas a perder tu también!
- Lo sé
-contestó el escorpión- soy lo que soy y esta es mi naturaleza
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